Certificación: ¿Por qué no, si todas son ventajas?
Hay ocasiones en las que conviene retroceder al origen de un proceso, al comienzo de una decisión empresarial, para, de manera reflexiva, analizar su por qué, aquello que justifica adoptar determinadas medidas. Por eso, quiero aprovechar este artículo para ponderar las cualidades que conlleva la certificación.
Y no son pocas. Lo que, sin ningún lugar a dudas, le otorga la categoría de proceso altamente costo eficiente.
Importante ventaja competitiva
La primera cualidad de la calidad certificada es que quien apuesta por incorporarla a su proceso productivo u organizativo va a obtener una importante ventaja competitiva, algo no baladí en los tiempos en los que nos movemos y en los que los matices acaban decantando muchas de las transacciones del mercado global. También permite lograr una consistencia en la calidad del producto final que recibe el cliente, gracias, entre otras cosas, a la maximización que promueve del aprovechamiento de los materiales utilizados en la producción.
Y todo en virtud de su particular idiosincrasia que desbroza y sistematiza el acto productivo, eliminando debilidades y reforzando cualidades.
Partiendo de esta calidad “controlada”, los costos operativos disminuyen (menos costes de no calidad), y se consigue que las empresas redefinan y clarifiquen los sistemas de gestión existentes. Esto, hoy en día, nos lleva a estar preparados para poder exportar.
Pero sus ventajas no se quedan ahí. Baja el riesgo de retirar productos del mercado por inconveniencias o riesgos para el consumidor. Con lo cual se incrementa la confianza de los clientes, desde los importadores a los inversionistas, y se obtiene una alta motivación del personal de la empresa, partícipe en todo momento de este proceso necesario.
Por todas estas razones, Kiwa BCS tiene como misión reforzar esta confianza cuando sus productos llegan al mercado.
Juan Cardona
Director General para América Latina y España